El invierno de Schrodinger
Aun recuerdo cuando dije que este invierno sería menos frío que el anterior. Já. Y ya ni siquiera sé lo que eso significa.
Tiene que ver con todo, hasta con el mismo clima. Y aunque no me faltan los abrazos extraño el suyo. Y el calor de un cuerpo, el vaho de un aliento que lucha por sobrevivir al lado de una, con una.
Pero no solo eso.
También tiene que ver con el mar, al que casi ni visité el último verano, y la piña colada y las caminatas nocturnas.
Tiene que ver con este frío hipocritón, que no es, que no nieva, que no moja. Que es gris y no oscuro, mi panza de burro, mi noche anaranjada.
Tiene que ver con mi niñez, en invierno estábamos más en casa, sin trepar árboles, sin huevear en patines, el colegio, las tareas.
Tiene que ver con mi tierra, con el olor almendrado que salía de la cocina de mi tía Isabel en Cuzco, con la mantequilla Mantequilla en los desayunos con mi abuela. Con aquella vez que nevó.
Ese cielo azul de mi tierra, que no me pertenece. La frazada eléctrica, la estufa, el mate de coca.
Tiene que ver con "Los Prisioneros", pero sobretodo con Sabina. Con la carretera que te conté y la gasolinera donde llené. Con una sucursal del banco hispanoamericano. Con Desolation Row... y claro, carajo, con Lonesome Town.
Es cómodo ser una persona triste, no hay esfuerzos que hacer.
Tal vez el próximo invierno sea menos frío que éste. El invierno de lima es igual que el gato de Schrodinger, es un "nosiendo".
Tiene que ver con todo, hasta con el mismo clima. Y aunque no me faltan los abrazos extraño el suyo. Y el calor de un cuerpo, el vaho de un aliento que lucha por sobrevivir al lado de una, con una.
Pero no solo eso.
También tiene que ver con el mar, al que casi ni visité el último verano, y la piña colada y las caminatas nocturnas.
Tiene que ver con este frío hipocritón, que no es, que no nieva, que no moja. Que es gris y no oscuro, mi panza de burro, mi noche anaranjada.
Tiene que ver con mi niñez, en invierno estábamos más en casa, sin trepar árboles, sin huevear en patines, el colegio, las tareas.
Tiene que ver con mi tierra, con el olor almendrado que salía de la cocina de mi tía Isabel en Cuzco, con la mantequilla Mantequilla en los desayunos con mi abuela. Con aquella vez que nevó.
Ese cielo azul de mi tierra, que no me pertenece. La frazada eléctrica, la estufa, el mate de coca.
Tiene que ver con "Los Prisioneros", pero sobretodo con Sabina. Con la carretera que te conté y la gasolinera donde llené. Con una sucursal del banco hispanoamericano. Con Desolation Row... y claro, carajo, con Lonesome Town.
Es cómodo ser una persona triste, no hay esfuerzos que hacer.
Tal vez el próximo invierno sea menos frío que éste. El invierno de lima es igual que el gato de Schrodinger, es un "nosiendo".
1 Comments:
pues yo creo q uno es como el gato de schrodinger aveces...uno anda 1/2 vivo y 1/2 muerto y eso no es una paradoja..es la vida misma.
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