El Gato Vivomuerto

Sunday, September 27, 2009

A mí ya no me sangran las rodillas.


Porque me he caído. Tanto y tan fuerte. Una y otra vez, sobre loza, sobre madera y sobre asfalto. Y se han arrastrado, tanto y tan lejos.

Por patinar detrás de los autos. Por perseguir mototaxis, por tratar de saltar charcos en bicicleta. Por jugar en el mar, por saltar muy lejos, por tratar de volar.

Eso es lo que termina ocurriendo cuando aparecen cicatrices sobre las cicatrices.

Pero ¿qué significa que no sangren mis rodillas? No sé si es bueno o malo. Es útil para no ensuciar con sangre la ropa aunque igual termine rompiéndose.

Sin embargo, el dolor no ha desaparecido. Y ahora que ya no hay sangre para justificar el llanto, está prohibido llorar.

No vayan a decirle a una debilucha.

Vamos afuera, la lluvia,
mojara
la cara, el traje.
Vamos afuera,
saltaremos
los charcos,
y al mirar el cielo
se nos llenaran los ojos
de agua y de contento

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