El Gato Vivomuerto

Monday, July 20, 2009

My dearest rockstar

Me gustaría saber más de tu vida. De tu paso, de tu peso, de tu tristeza y de tu zapato; pero aquí entre nos y aunque te parezca mentira con esta garúa miserable, me habría conformado con mirar el mar.

Tiempo hace ya que no disfrutaba del vacío en el pecho, la espera que no desespera y la voz de Mercury, que nunca falla en momentos críticos.

Poco a poco mi cerebro iba dejando de devanar los matices del arresto domiciliario en Lima e iba perdiéndose en los vacíos del ojalá. Uno más, que no del montón.

Keep yourself alive, reza mi mp3. Por qué sí o por qué no, son preguntas que se iban repreguntando incesantes, púberes casi.

Y suspiré, y ese eructo de mi alma no fue gratuito sino vil consecuencia de un empacho con hubieras.

Abrí la puerta, sin ninguna certeza de que la cruzaras y aquí sigo tejiendo de noche y destejiendo de día aunque yo sé (pero no sé si tú sabes) que no soy yo la de los pinches zapatos de tacón.

Te dejo entonces, compartiendo filias con Tarantino, mientras yo trato de superar la fobia que me heredó Peter Pan. Sin embargo, este dejarte no significa para nada dejarte, ni tampoco todo lo contrario. Saber matar, saber morir; pero sobretodo, no saber contenerme en mi afán. Aprendiendo, eso sí.

Un abrazo.

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