El Gato Vivomuerto

Monday, January 15, 2007

Resumen de noticias

Felizmente el umbral de mi dolor es amplísimo. El año lleva apenas 15 días y la partida contra Murphy y sus leguleyadas ya me tiene con tres en contra (sin contar los fauls y las agresiones, no cobradas por un árbitro que aparentemente es más fantástico que imaginario).

El primer gol
Se me infectó una muela. Estaba podrida y todo pero hasta que no fui al dentista, todo estaba bien. La mierda que tenía en los conductos vivía a gusto conmigo y yo con ella. HAsta que el reputado galeno-odontólogo hurgó en ella para curarla. Y se infectó. Se me hinchó la cara hasta quedar igualita a la de un elefantiásico cualquiera. Además me quemé la mano preparando una riquísima sopa maruchán, que es una de las poquísimas cosas que puedo comer. En conclusión, mi último fin de semana de vagaciones se me reventó en la cara (casi literalmente). Si mi dentista no fuera tan guapo le escupía la cara.

El segundo tanto
Una investigación que estuve haciendo para el trabajo pende de un hilo. Se va a caer. Una pepa pajísima contra un funcionario-búfalo-compañero se está convirtiendo en un lío de comadres que cada vez interesa menos a mi jefe. Ahora qué más remedio que forzarla, hasta que ya no dé pero rezando que sí dé. Cosas de la vida, no tengo dios a quién rezarle. ¿Al dios caballoloco, dices? Además todo en mi chamba de marras me está llegando al pincho.
El tres de la gordita
Obviamente, la gordita es la pelota; yo sería la gordaza. Un chico que conocí en la playa se convirtió en mi primer "ojalá" del año. Me ganó un par de suspiros y varios besos otorgados (esta vez no robados). Y que me lleva a mi casa y que va a mi cumpleaños. Y que las promesas de café y la sanputamadre. Hasta que no llamó, no lo culpo, si yo fuera él tampoco llamaría. Debería reconocer que este fue más bien un autogol. Por impertinente, por borracha y por engreída. En mi defensa -que era mi cumpleaños. Pero ni así. Espanté al delantero y metí el autogol, a la celebración, comprenderán, ni me invitaron.

En fin, amables hinchas, oyentes de todo lo largo y ancho del territorio nacional; Supongo que el autogol no se anula. Y en este partido Murphy juega al pelotazo y la Eugenia como el Muni. Y como mala comentarista "jutgolera" peruana, debo decir (con optimismo de mala gana y tragando mugre) que el partido recién comienza, que matemáticamente aún podemos, que somos once contra once.
Esta jugadora se sienta en la grama artificial del coloso de José Díaz a fumarse un pucho antes de levantarse con todo para anotar por lo menos el tanto del honor, o quien sabe, los cuatro de la victoria, que se huele señores, que se huele.

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