El Gato Vivomuerto

Friday, January 22, 2010

Volver

Volver.
Volver a casa.
Volver a verte.
Volver a encontrar.
Volver a sentir.
Volver a soñar.
Volver.

Estoy contentísima. Emocionada, nerviosa, insegura también.

Mañana voy a volver a empezar con algo que dejé olvidado hace mucho tiempo. Aquí refundidos entre los archivos de esta viejísima PC están todos los damnificados de mi desdén.
La pareja de músicos que, siendo el uno para el otro, nunca llegan a cruzarse. La novia imaginaria que después de la muerte de Sebastián no quiere dejar de existir. El sociópata que no puede olvidar, ni recordar qué lo hizo como es. Los dos viejecitos que se atreven a decirse te amo por primera vez poco antes de morir. La mujer que vuelve a su casa vacía muchos años después y la encuentra intacta.
Todos se han puesto contentos, y han brindado todos juntos porque este nuevo comienzo ya no tenga un final tan abrupto.

Espero no estar tan oxidada como sospecho. Espero ser capaz de, por fin, después de tanto tiempo, volver. Volver a escribir. Mejor que antes, suficientemente mejor como para no volver a dejar de hacerlo. Nunca más.

Monday, January 11, 2010

Cómo perder a un hombre en 10 días.

Querida Kate Hudson (o a quien formalmente corresponda):


Yo te voy a explicar. Para perder un hombre en diez días, no es necesario que le cuentes todas tus catástrofes alimenticias, ni que redecores su depa, ni que le digas cuchicuchi frente a sus amigos, ni que le regales plantas ni perros en miniatura. Te has sobre esforzado. Basta con menos, mucho menos que eso.

Veamos:


En diez días o menos, el hombre está apenas un poquito interesado. Así que lo más probable es que te conozca un poco mejor y desaparezca. El tipo de mujer que cuestiona demasiado sus relaciones con los hombres es parte del temido “freak show”. Es una complicadita. Y a nadie le gustan las complicaditas, por lo menos no en los primeros diez días.


Si te muestras interesada, si sabes su signo zodiacal y su animal del horóscopo chino, a qué hora almuerza y a qué hora trabaja; te jodiste. Ante sus ojos serás una chica demasiado “needy”. Y al freak show.


Si tiran serás una puta y si no tiran su autoestima entrará en trompo. Mejor evitar durante los primeros diez días cualquier situación que te lleve a tomar esa decisión. Cine y café. De lo contrario, al freak show.


No le cuentes gran cosa de tu vida ni de tu pasado. Eso se llama verborrea.

No le preguntes gran cosa de su vida ni de su pasado, eso se llama Glenn Close en Fatal Attraction. Y eso es peor que el “Freak Show”

Si te atrae de verdad, si te gusta mucho, estás jodida porque pase lo que pase y hagas lo que hagas, a él ya no le va a interesar.


En conclusión, la única fórmula mágica sería hacerse la huevona durante un tiempo prudente. Solo así encontrarás la felicidad perfecta, con el hombre perfecto, la familia perfecta, la casa perfecta y los hijos perfectos. (Santísima Cojudez)

Hay mujeres que necesitan encontrar el “amor verdadero”, al “Prince Charming” para ser felices. Felizmente, yo, para ser feliz, solo necesito ser feliz.

Y por eso rompo todas las reglas anteriores, hago y digo lo que siento en el momento y tarde o temprano igual me dejan. Porque soy una freak. Y aunque a veces lloro un poquito, soy feliz.

Imagínate que conozco a alguien en teoría perfecto y me muero en menos de diez días. Sería una pérdida de tiempo absoluta. O se muere él. O se acaba de una buena vez todo el puto mundo. Imagínate, Kate Hudson, sería catastrófico.

La única fórmula para querer, es esa, querer.


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Sunday, January 10, 2010

Empieza un año nuevo.

Para poder empezar con el pie derecho este año tendría que admitir en qué la he cagado el año pasado.

1.No debí postergar hasta el infinito eso que me prometí a mí misma decirte. Debí decirte lo que sentía por ti, cuando tenía la certeza. Ahora que ya han pasado tantas cosas, no estoy ni remotamente segura. Te quiero, como mierda. Y lo sabes. Lo que no sabes, ya ni yo lo sé.

2.No debí suspender así nomás mis clases de guitarra. Ya no sé si fue por floja o por esa otra cosa que empezó a monopolizar mi tiempo y mi atención. Por haber dejado esas clases, ya no seré parte del club de los 27.

3.No debí juzgar a priori a esa persona, que si antipática, pues sí. Pero algunas veces –solo algunas- hay que comprender y tolerar a las personas que nos asfixian. Podrían tener una buena razón. Y podemos ser nosotros mismos tarde o temprano.

4.No debí dejarme llevar por el Fernet esa noche. Ni traicionar la confianza de esa buena amiga. Aunque ella quizás nunca se entere de lo que pasó, yo ya no soy capaz de mirarla de frente. Así que, aunque sin pelea, tengo una amiga menos.
5.No debí dar por sentado nada en la nueva chamba. Casi me cuesta.

6.La vida es muy corta. Siempre lo digo y nunca actúo como si tuviera una consciencia real de eso. La vida es demasiado corta, no debí perder tanto tiempo en tantas cosas que al final (y yo lo sabía) no me iban a llevar a nada.

Y también tendría que enumerar algunas de las cosas importantes que he aprendido.


1.Aunque es complicado, se puede lidiar con el dolor de manera que no se lo ocasionemos a los que nos quieren. Algunas veces nuestras propias lágrimas podrían guardarse en silencio para no provocar las de otros.

2.Retomar el contacto. La gente a la que extrañamos probablemente nos extrañe también. Con cualquier cojudez como excusa, hay que volver a ver a la gente que por cualquier motivo fue importante en nuestras vidas.

3.Dejarte ir, dejarte ser, dejarte estar. Y si vuelves, tal vez me encuentres aun aquí. Aunque me sigue pareciendo extraño que no se cierre nuestro círculo de años, tal vez las cosas no siempre ocurren por algo.

4.Querer a los que quiero. Sin flojera, sin excusas, sin bronquitas tontas. Perdonar, olvidar y querer.

Ojalá que éste sea un año de la puta madre, como han sido los dos anteriores. Que no se acabe la racha justo ahora, justo este año, el año siete. El año del fin de una maldición y el año que hace algunos años pensé tan, tan, tan lejano.

Y dejándome de bromas, de excusas y de películas repetidas, ojalá que este año sí consiga poner mi voluntad en la carretera debida, y ojalá que pueda (ahora que me medí la vista y ya no se me borronea el mapa) reconocerla en los desvíos.

Empezamos con el pie derecho, con la compañía correcta, con la música perfecta y con la actitud ganadora.

La frase de fin de año: “All you need is pop”. (Sin alusión a ningún estupefaciente, o sí, pero muy al margen).


Aunque, en general, dejarse de huevadas también es útil.


Y discrepo abiertamente con Bob Fosse, aunque quizás no tanto. Este sí es un final feliz, es como mirarse bien al espejo después de todo. La vida es muy corta.

Y ojalá que a ustedes, a toda la gente que quiero y me quiere, les vaya también de la puta madre este año par.