El Gato Vivomuerto

Tuesday, June 20, 2006

No siempre llama dos veces

He recibido una carta. Sí, una carta. De esas que vienen del otro lado del océano. De esas que traen los carteros que siempre llaman dos veces. Una carta escrita a mano en papel aéreo.
Como si hubiera adivinado mis nostalgias de charleston, de corsés, de salones, de sonetos y de cabaret.

Y pasé los dedos sobre la tinta con la que escribiste mi nombre, y cómo estás, y yo estoy bien y pensé en ti, y me voy a Atenas de paseo, y recordé que tú soñabas con eso. Es gracioso cómo ya hasta escribes pésimo el castellano luego de haber sido un energúmeno de la gramática como yo.
Qué triste es recordar a alguien y de pronto sentirlo tan lejos de un abrazo. Y tan lejanas sus manos. Tantos años de ausencia. Ahora siento como si hubiera soñado que hace casi diez años me tomó por primera vez alguien de la mano, me puso gotas en los ojos a pesar de mis berrinches y me dijo que no necesitaba maquillaje. Diez años casi desde que por primera vez me llevó a una discoteca que yo quería y que él odiaba.
Qué agridulce es recordar cuando me iba en bici a recogerlo de su gimnasio. Que era tan más alto que yo que la gente se burlaba cuando jugábamos voley y yo pretendía bloquear sus mates (una vez bloqueé uno).
Cómo olvidar esa época cuando al terminar lloré por meses. Más si ahora los llantos se me consumen en dos o tres días. Todo ha cambiado ahora. Ahora no me levantaría a las 6 para ir a desayunar con nadie.
Leí tu carta y quise abrazarte y abrazar nuestros años. Pero supongo que esa es la gracia de las cartas, escritas a mano en papel aéreo del otro lado del océano, de esas que traen los carteros que siempre llaman dos veces.
Y me pregunto por qué carajo tú no llamaste dos veces.

Saturday, June 17, 2006

pajazos

EL MISTERIO DE LA PEPA DE PALTA
O de por qué son contagiosos los bostezos

En el mundo hay demasiadas cosas que no se explican por leyes físicas, químicas, religiosas, kármicas ni energéticas. En el mundo hay algo que funciona sin que nadie se de cuenta, ni el mundo mismo.
Si al partir una palta, en lugar de tirar la pepa a la basura, la dejas sumergida en agua, la palta no se pone negra. (inténtenlo antes de decir que es imposible).Ignoro el radio de acción de la pepa, no sé si puedes dejar la pepa en tu jato y llevarte tu panconpalta a la playa. Pero si dejas la pepa en la cocina, la palta no se pone negra en el comedor.
Si escuchas a alguien bostezar, si ves a alguien bostezar, aun si lo estás viendo por televisión o si lo escuchas por teléfono, bostezas tú también. Incluso he llegado a pensar que los bostezos espontáneos se deben a que alguien, en algún lugar ha bostezado y creo, por lo tanto que en la tierra cada instante hay alguien en alguna parte bostezando.
Los dejavus, las risas espontáneas, las sensaciones de vacío, los 21 gramos. La magia del mundo, que le dicen.
Cómo una mirada puede hacerte el día, o destruírtelo. Cómo. Cómo ese beso lo cambia todo.

Sunday, June 11, 2006

Quierooooooooo

Quiero ponerme un vestido de época y bailar con Antonio Banderas.
Quiero ser la Magdalena de Joaquín Sabina.
Quiero ser Peta Wilson y luchar por la justicia (o creerme que lo hago).
Quiero ser Cecilia, un sueño, una vigilia, una adicción.
Quiero ser Uma Thurman y matar a Bill con el golpe de los cinco puntos.
Quiero ser Victoria Abril en la escena de sexo oral con Miguel Bosé.
Quiero tener una chicharra paralizadora para no cagarla por no poder pensar tan rápido.
Quiero tener un Pepito Grillo para que me regañe cuando hago mal.
Quiero tener zapatitos rojos para entrechocarlos y desear algo con toda el alma.
Quiero tener a alguien que me espere con la cama caliente y un beso en la frente.

La maldita naturaleza humana

Una carta de amor al espacio: $883 mil
Se podrá enviar en un satélite personal

AFP.- El satélite personal "MySat-1", que lleva una caja de aluminio donde se pueden introducir cartas, fotografías, etc.AFP8 de Junio de 2006
TOKIO, Japón- Los románticos copiaron de los náufragos la costumbre de meter un mensaje en una botella y lanzarla al mar, esperando que los océanos llevaran esas palabras a quiénes pudieran salvarles, o enamorarles.Ahora, el mar se podrá cambiar por el espacio exterior. Eso sí, llevar un mensaje más allá de la órbita terrestre no será nada barato.
GENIAL, ESO NOS FALTABA. LLENAR TAMBIÉN EL ESPACIO DE BASURA.

Vivomuerto o el sinvivir (y sinmorir, qué alivio)

Necesito una dosis de vida. No sé, saltar de un puente, subirme a una moto, hacer sandboard, jugar fulbito. Algo, cualquier cosa. Reirme a carcajadas, llorar de alma.
El problema de estar vivomuerta por mucho tiempo es que podrías haberte muerto de pronto y ni tú misma te enteras.
Por eso me gustaría saber que estoy viva, si es que lo estoy. Aun recuerdo ese concierto de Sabina, ahí estuve viva, y lo supe.
Es el problema de la rutina. Cada semana es igual que la anterior. O casi, pero las pequeñas diferencias o sorpresas no me cambian la vida.
Excepto claro...
Pero al final son solo suspiros, ojaláes y “sería lindo”s que terminan, rutinariamente, en el olvido.
Es el impuesto por no estar triste.
Aunque ahora, por alguna razón, necesito de nuevo el extremo. Triste o feliz, viva o muerta.
Supongo que ya se me pasará.

Saturday, June 10, 2006

El invierno de Schrodinger

Aun recuerdo cuando dije que este invierno sería menos frío que el anterior. Já. Y ya ni siquiera sé lo que eso significa.
Tiene que ver con todo, hasta con el mismo clima. Y aunque no me faltan los abrazos extraño el suyo. Y el calor de un cuerpo, el vaho de un aliento que lucha por sobrevivir al lado de una, con una.
Pero no solo eso.
También tiene que ver con el mar, al que casi ni visité el último verano, y la piña colada y las caminatas nocturnas.
Tiene que ver con este frío hipocritón, que no es, que no nieva, que no moja. Que es gris y no oscuro, mi panza de burro, mi noche anaranjada.
Tiene que ver con mi niñez, en invierno estábamos más en casa, sin trepar árboles, sin huevear en patines, el colegio, las tareas.
Tiene que ver con mi tierra, con el olor almendrado que salía de la cocina de mi tía Isabel en Cuzco, con la mantequilla Mantequilla en los desayunos con mi abuela. Con aquella vez que nevó.
Ese cielo azul de mi tierra, que no me pertenece. La frazada eléctrica, la estufa, el mate de coca.
Tiene que ver con "Los Prisioneros", pero sobretodo con Sabina. Con la carretera que te conté y la gasolinera donde llené. Con una sucursal del banco hispanoamericano. Con Desolation Row... y claro, carajo, con Lonesome Town.
Es cómodo ser una persona triste, no hay esfuerzos que hacer.
Tal vez el próximo invierno sea menos frío que éste. El invierno de lima es igual que el gato de Schrodinger, es un "nosiendo".